En 1866 se firma el Tratado de Límites entre Chile y
Bolivia poniendo
término a una cuestión limítrofe pendiente entre Bolivia y Chile, planteada
desde la fundación de Bolivia en 1825 cuando se independiza de España y se separa del Perú. En este tratado se
fijaban por primera vez los límites y se establecían los derechos de
exportación correspondientes a cada país. Las dificultades encontradas para
implementar la administración del tratado llevaron en 1873 a su modificación, buscando una
solución pacífica entre ambas naciones.
En 1878, el congreso de
Bolivia se abocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Para
Bolivia, el contrato firmado en 1873 con la Compañía de Salitres de
Antofagasta aún no estaba vigente porque los contratos sobrerecursos naturales debían aprobarse por el Congreso, de acuerdo con la
Constitución boliviana. Ello se hizo por la Asamblea Nacional Constituyenteboliviana
mediante una ley, el 14 de febrero de 1878, a condición de que
se pagara un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado por la
compañía.
En lo que respecta a Chile, el cobro del
impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV del Tratado de límites de 1874.
Por ello, dicho impuesto encontró una gran resistencia por parte de los
propietarios de la empresa afectada y una cerrada defensa de su causa por parte
del gobierno de Santiago,
desencadenándose un conflicto diplomático.
A lo largo de los meses
subsiguientes, el gobierno boliviano se abstuvo de implementar la ley mientras
se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre,
el canciller Alejandro Fierro envió una nota al canciller Martín Lanza
indicando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar
el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. El 17 de noviembre,
el gobierno de La Paz
ordenó al prefecto del departamento de Cobija que aplicara la ley del impuesto
para iniciar las obras de reconstrucción de Antofagasta. Aunque ambas partes
propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo
contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a
realizarse ya que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la
ejecución de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro,
el gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas navales
se retiraran de la bahía de Antofagasta. El 6 de febrero,
ante las protestas por parte de la
Compañía de Salitres por la ley del impuesto y dado que el
contrato no había cumplido con los trámites para declararlo, el gobierno de
Bolivia rescindió el contrato con la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de
Antofagasta. El prefecto Zapata ordenó rematar sus bienes para cobrar los
impuestos generados desde febrero de 1878.
En Chile, la decisión de
impedir el remate se tomó la mañana del 11 de febrero,
cuando, en una sesión especial del gabinete chileno, se recibió un telegrama
del norte, conteniendo textualmente un mensaje del ministro plenipotenciario de
Bolivia "Anulación de la ley de febrero, reivindicación de las
salitreras de la compañía". Este gatilló la decisión del presidente
Aníbal Pinto de ordenar la ocupación de Antofagasta, que se realizó
el 14 de febrero de1879, ocupando tropas
chilenas el litoral reclamado por Bolivia hasta el tratado de 1866. El 14 de febrero,
el día del remate, tres naves chilenas arribaron a Antofagasta, Mejillones,
Cobija y Caracoles reinvindicándose estos territorios. El 16 de febrero,
llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin de exigirle al gobierno
peruano que cumpliera con el tratado de alianza defensiva de 1873. El 27 de febrero,
Hilarión Daza decretó el estado de sitio en Bolivia.
Gracias a los archivos de
la Compañía de Salitres y
Ferrocarriles de Antofagasta, se sabe que en Chile no existía interés en ir a
la guerra por salvar a la compañía, a pesar de que muchos políticos y ministros
importantes eran accionistas minoritarios de la compañía
. Sin
embargo, la decisión sería otra en el caso de que se remataran efectivamente
las salitreras, lo que, según la visión del presidente de Chile
Aníbal
Pinto, supondría la violación efectiva del tratado.
.
El Perú, que había suscrito
el Tratado de Alianza Defensiva con Bolivia de carácter secreto en
1873 y al que Argentina no se adhirió finalmente,4 trató de persuadir al gobierno de La Paz para someterse a un arbitraje con la misión Quiñones,5 figura que se encontraba estipulada en
el protocolo complementario de 1875, toda vez que se trataba de un
"problema tributario" y no territorial. El gobierno peruano, para
mediar en el conflicto, envió a su ministro plenipotenciario José Antonio de Lavalle a Chile; la misión del diplomático
fracasó. El canciller chileno Alejandro Fierro preguntó al plenipotenciario
peruano sobre la existencia de un "Tratado Secreto" firmado con
Bolivia en 1873. Lavalle no tenía instrucciones sobre ello y le indicó que en
la comisión diplomática del congreso a la que él pertenecía no se había tocado
ese tema. En Lima el 20 de marzo,
el presidente peruano le expuso al representante chileno Godoy que el tratado
existía y que convocaría al congreso peruano para evaluar qué actitud tomar
ante Chile y Bolivia.
El 1 de marzo, el gobierno de
Bolivia emite un decreto por
el que se corta tanto el comercio como la comunicación con Chile, se dispone la
desocupación de los residentes chilenos, el embargo de sus bienes, propiedades
e inversiones, y desconocer toda transferencia de intereses chilenos hecha con
posterioridad al 8 de noviembre, cuando el gobierno chileno declaró nulo el
tratado de 1874. El 15 de marzo,
Chile inició preparativos para ocupar más al norte del paralelo 23. Con ello,
el 23 de marzo,
tuvo lugar la batalla de Calama,
en la que las fuerzas chilenas vencieron a un grupo de civiles bolivianos. El 5 de abril de 1879, Chile declaró la
guerra a Bolivia y Perú.
La revisión y análisis
del tratado de 1873 entre Perú y Bolivia, lleva a historiadores peruanos a la
conclusión de que el Perú tenía la opción de decidir si este
tratado estaba vigente, ya que Bolivia había firmado uno de límites con Chile
en 1874 sin consultar al Perú,6 o si la agresión a Bolivia era real o si el asunto merecía un
arbitraje. Esta misma interpretación dice que, a raíz de la penetración de
tropas chilenas en territorio boliviano y el poco interés del gobierno de Chile
en "una salida diplomática" y a la declaratoria de guerra que le hace
el gobierno chileno el 5 de abril, Perú se sintió ligado a Bolivia por el
tratado recíproco de defensa y entró, asimismo, en la contienda, declarando el casus foederis (expresión latina que significa
"motivo de la alianza"; en la terminología diplomática, describe la
situación en la cual entrarán en juego los miembros de una alianza, por
ejemplo, "cuando una nación sea atacada por otra").
En cambio, la historiografía chilena afirma que el pacto es
defensivo en la forma, pero ofensivo en el fondo, por lo que considera la
mediación de Perú después de la toma de Antofagasta como una forma de ganar
tiempo, mientras se realizaban preparativos de guerra.7 Además declara un motivo de más largo
alcance para que la guerra terminara en un conflicto entre Chile y Perú, que
sería, según esta visión, una enemistad que tendría raíces en la época colonial, exacerbada en la independencia y en la Guerra contra la Confederación
Perú-Boliviana.
Por otra parte, la
historiografía peruana afirma que las relaciones coloniales eran de cooperación
y comercio entre los puertos del Callao y Valparaíso.
Después de proclamada la Independencia, ambos gobiernos
suscribieron un tratado de Liga,
Alianza y Confederación el 23 de diciembre de 1822, que establecía
principalmente una alianza militar entre el Perú y Chile, el cual se
complementó el 26 de abril de 1823 con un tratado de Auxilios, que
reglamentaba el financiamiento de la campaña libertadora y aunque posteriormente el gobierno
peruano no reconoció dicha deuda, en 1839, con la derrota de la Confederación, el Perú pagó a Chile la
deuda contraída por el servicio prestado por el ejército chileno en la campaña
restauradora y la independencia, así
como reconoció las acciones de los oficiales de Chile otorgándoles premiosn 3 y condecoraciones del ejército del
Perú por reunificar el Perú y derrotar a Santa Cruz reconociendo a Chile como aliado del
Perú.n 4 Esta alianza volvería a fortalecerse
en 1866 durante la Guerra hispano-sudamericana en la cual las escuadras navales de
ambos países combatieron juntas a la Armada Española en el Combate naval de Abtao. Tras el Combate del Callao y el retiro de la flota europea de
aguas americanas en octubre del mismo año, el ministro chileno en el Perú
Marcial Martínez, en cumplimiento de una ley dada por el congreso de su país, confirmó al presidente
peruano Mariano Ignacio Prado (el mismo en 1879) los despachos de General de División en el Ejército Chileno.9 Esto ha llevado a la historiografía
peruana a afirmar la existencia de intereses económicos y políticas expansionistas en la clase dirigente chilena de ese
entonces como verdadero motivo del estallido de la guerra.
A comienzos de la
guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un terreno tan
difícil como el desierto de Atacama, debía ganarse el
control de los mares.
El poder de la escuadra
chilena se basaba en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane yBlanco Encalada, de 3560 toneladas, 6
cañones de 250 libras
de avancarga, 2 de 70, y 2 de 40
libras, blindaje de 9 pulgadas, velocidad
máxima de 11 nudos. El resto de la escuadra estaba formada por las siguientes
naves de madera: las corbetas Chacabuco, O’Higgins y Esmeralda,
la cañonera Magallanes y la goleta Covadonga.
La escuadra peruana basaba su poder en la
fragata blindada
Independencia y el
monitorHuáscar.
La Independencia
desplazaba 3.500 toneladas, tenía un blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de
150 libras, 12 de 70, 4
de 32, 4 de
9 libras,
y andar de 11 nudos a su máxima velocidad. El monitor Huáscar deplazaba 1745
toneladas, blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de
300 libras de avancarga,
ubicados en la torre giratoria, y velocidad máxima de 12 nudos, con lo cual
posiblemente era la nave de combate más moderna de la marina de guerra del
Perú. Completaban la escuadra peruana los monitores fluviales
Atahualpa y
Manco
Cápac, la corbeta de madera
Unión y la
cañonera de madera
Pilcomayo. Bolivia contaba
con buques de guerra como el Guardacostas
Bolívar,
el Guardacostas
Mcal. Sucre y
las embarcaciones Laura y Antofagasta. .
El puerto peruano de Iquique fue bloqueado por parte de la armada chilena. En el Combate naval de Iquique, el 21 de mayo de 1879, el monitor Huáscar, al mando del capitán
de navío Miguel Grau Seminario, logró hundir a la
corbeta chilena Esmeralda,
al mando del capitán de fragata Arturo Prat Chacón, el que, al morir
durante el combate, se convierte en el mayor héroe naval chileno. El mismo día,
la fragata Independencia se enfrentó con la goleta 'Covadonga,
cuyo comandante capitán de corbeta Carlos Condell de la Haza, prefirió evadir
el combate bordeando la costa, perseguido por la Independencia que, en su afán de espolonear a laCovadonga,
hizo que el blindado peruano encallara en Punta Gruesa. El resultado de ese día en
Iquique y Punta Gruesa caló hondo en la opinión pública de ambos países. Los
combates navales de Iquique y Punta Gruesa le dieron una victoria táctica al
Perú: el bloqueo del puerto de Iquique fue levantado y las naves chilenas
fueron hundidas o abandonaron el área. En el combate de Iquique, después de que
el Huáscar hundiera la Esmeralda, Grau ayudó a los
náufragos y envió un pésame a la esposa de Arturo Prat; más tarde en Punta
Gruesa, la escuadra peruana perdió a la fragata blindada de 3500 toneladas al
encallar en unos arrecifes cuando intentaba capturar una nave de madera de 630
toneladas, quienes continuaban en combate hasta la llegada del Huáscar. La pérdida de la
fragata blindada Independencia,
la mayor nave de la escuadra de la marina de guerra del Perú, representó un
golpe irreparable para ésta.
.
La capital peruana vivía desconectada del resto del país
y subestimó completamente la situación bélica, lo que contribuyó a
desestabilizar completamente su clase política y a evitar una preparación
efectiva para enfrentar el desembarco chileno al sur de la ciudad. En enero de1881, las tropas chilenas entraron en Lima, después de las batallas
de San Juan y Miraflores. En esta última, la propia
población civil defendió sin éxito la ciudad cuando el ejército chileno atacó
tres de los doce reductos. Después de la batalla, hubo incendios y saqueos en
los poblados de Chorrillos y Barranco.
Las fuerzas chilenas
establecieron su autoridad y se impusieron cupos de guerra a la población
limeña. Se impuso el orden en la ciudad, en las zonas de ocupación, y se
restablecieron las actividades. Sin embargo, este orden no evitó la salida de
objetos y bienes científicos o culturales, tales como instrumentos,
herramientas, mobiliario y libros, algunos de los cuales fueron enviados a
Chile, terminando otro tanto en manos de privados de ambos países.
Sin posibilidades de
firmar la paz, el jefe de la ocupación chilena Vicealmirante Patricio Lynchestableció
su cuartel militar en el Palacio de Pizarro enLima y dirigió el combate contra la
resistencia peruana en la sierra, en lo que se denomina la Campaña de la Breña o de la sierra, enfrentando abundantes
actos de sedición en la misma ciudad y, posteriormente, una resistencia
claramente organizada.
Después de los
enfrentamientos en San Juan y Miraflores, el entonces Coronel peruano Andrés Avelino Cáceres y otros, como elcapitán José Miguel Pérez, decidieron llegar a los Andes Centrales para organizar y reiniciar la
resistencia al ejército de ocupación chileno. Para ello, el 15 de abril de 1881, se embarcaron en el tren de la estación de Viterbo, evadiendo
la vigilacia de los soldados chilenos, con destino final la ciudad de Jauja. Así, y en gran
medida ayudado por su profundo conocimiento de la lengua quechua,
Cáceres organizó la defensa entre la población civil de la Sierra Central y el
Coronel Gregorio Albarracín en la Sierra Sur, quienes
ejecutaron una efectiva guerra de guerrillas durante tres años. Eligieron la
breña de los Andes Centrales porque presentaba unatopografía excelente para aplicar la estrategia
de guerra de guerrillas y, también, porque existían nuevos elementos humanos,
aunque sin entrenamiento y con escaso armamento para una lucha prolongada.
La resistencia militar
liderada por Cáceres en la regiones sur y centro andinas obtuvo varias
victorias contra las fuerzas chilenas y se dirigió a Cajamarca, en la sierra
norte, para evitar el encumbramiento de Miguel Iglesias,
quien desde 1882 había manifestado firmar la paz con el
gobierno chileno, aceptando cesión territorial.
El 3 de mayo de 1883, la base del Tratado de Ancón ya
estaba acordada entre Patrico Lynch y Miguel Iglesias quien firmó este convenio
inicial desde Cajamarca.11 El 10 de julio de 1883, se desarrolló la Batalla de Huamachuco entre Andrés A. Cáceres y Alejandro Gorostiaga, finalizando
con una victoria chilena. Miguel Iglesias envió una comisión especial para
felicitar a Gorostiaga por su victoria. Montero, por su parte, tuvo que salir
de Arequipa para evitar la destrucción de la
ciudad. El 20 de octubre de 1883 terminó enAncón la
discusión de los términos del tratado de paz. Una vez firmado el Tratado de Ancón, el 11 de marzo de 1884, la Asamblea Constituyente
aprobó el Tratado. Iglesias marchó hacia Lima para asumir el gobierno del Perú.
Después de la guerra, las
diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen a una guerra civil entre los
partidarios de ambos líderes, que finalizó en 1885 con el triunfo del primero.
.
El coste del conflicto en
vidas humanas fue alto, sobre todo en lo que se refiere a pérdidas de vidas
civiles. Un recuento hace calcular que las bajas estuvieron entre los
14 0001 12 y 23 00013 muertos, entre civiles y militares, a
lo largo de la guerra.
La guerra concluyó
oficialmente el 20 de octubre de 1883 con la firma del Tratado de Ancón, mediante el cual el Departamento de Tarapacá pasó a manos chilenas permanentemente
y las provincias de Arica y Tacna quedaron
bajo administración chilena por un lapso de 10 años, al cabo del cual un
plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú.
El plebiscito previsto en
el Tratado de Ancón nunca se llevó a cabo y no fue hasta 1929 que se firmó el Tratado de Lima,
que contó con la mediación de Estados Unidos, que decidió
que gran parte de la provincia de Tacna fuese devuelta al Perú mientras que
Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile.
La paz entre Chile y
Bolivia fue firmada en 1904. Sin embargo, el
tratado de paz entre ambas naciones, en el cual Bolivia definitivamente
reconocía la permanente soberanía chilena sobre el territorio previamente en
disputa, ha sido origen constante de tensiones diplomáticas entre ambos países
durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI,
debido a que Bolivia perdió toda posibilidad de salida soberana al océano Pacífico.
Tras su victoria, Chile
tomó posesión no sólo de una importante extensión territorial, sino también de
enormes depósitos salitreros,guaneros y de cupríferos. Éstos fueron
adquiridos mayoritariamente por capitales británicos,
por medio de la compra de bonos desvalorizados emitidos antes del conflicto por
Perú y adquiridos a bajos precios con préstamos de bancos chilenos, que los
hacían dueños de las salitreras. Esto ha llevado a parte de la historiografía moderna a ver a los ingleses como
instigadores ocultos de la guerra, sin pruebas concluyentes a decir de la
historiografía chilena[cita requerida]. Algunos
historiadores creen ver en algunas publicaciones de la época, inglesas y
europeas en general, por ejemplo la editorial del
diario británico "The Bullonist", aparecida en 1879, como
pruebas del apoyo a las aspiraciones chilenas. Por el contrario, otros estiman
que estas publicaciones se deben más bien al clima electoral existente en
Inglaterra y a la ardua disputa entre el Primer Ministro Benjamin Disraeli,
partidario de intervenir, y el liberal político británico William Gladstone,
contrario a la intervención.
El salitre fue la
principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre
sintético por los alemanes, durante la Primera Guerra Mundial.